La ya famosa hoy Arbistar, que a lo largo de estos últimos años ha hecho ricos a unos, a día de hoy destaca por haber hecho pobres a muchos otros. Nada más y nada menos que 120.000 usuarios de la plataforma se han quedado sin su capital invertido y sin sus ganancias. La empresa ha decidido congelar la cuenta de todos los inversores y negarse a realizar pagos por múltiples excusas que no vienen al caso. Antes de continuar, deseo dejar en claro que no vengo a criticar a nadie, ya se trate de una persona o entidad corporativa. Lo que describiré a continuación es una pequeña reflexión mía sobre todo lo ocurrido. Puedes aceptarlo o negarlo, pero lo que te pido es que no lo tomes literal, y que saques tus propias conclusiones.
No quiero que sea un análisis más vestido de noticia. De eso a estas alturas ya habrá muchas de éstas. Mi objetivo es ir un poco más allá e intentar explicar porqué ha ocurrido y cómo hemos llegado a este desastre. Para ello necesitaré a parte de tu tiempo, una mente abierta por tu parte para lograr comprender lo ocurrido.

La cantidad de afectados comenzó por 32.000, en cambio a día de hoy se cuentan 120.000 usuarios estafados. No sería de extrañar que en días venideros la cantidad de éstos aumente. Esto más que una estafa, se traduce en una tragedia. Familias que han quedado sin dinero y en algunos casos lo pierden todo. No es una realidad agradable, pero es lo que hay. Como toda tragedia, éstas no ocurren sin más, y son una consecución de eventos de diferentes naturalezas, que acaban desembocando en el ya mencionado evento. Por ello iremos paso a paso en éste corto análisis sobre lo ocurrido.
La empresa y su naturaleza
Empecemos por el principio, la empresa. La actividad de la empresa se denomina «arbitraje», de ahí su nombre. Pero, ¿en qué consiste el arbitraje? Para los menos familiarizados en la materia, se podría resumir en una especie de «trading 2.0». En el mundo de los criptoactivos, tenemos varias casas que ofrecen criptomonedas como Ethereum, XRP o la más importante, Bitcoin. Y aquí entra el negocio, el Bitcoin es la más conocida y la que más se mueve. Es propio que cada casa ofrezca un precio intentando superar a sus competidores y quedarse con los clientes. Aquí el arbitraje cobra sentido. Igual que trading en resumen significa: compra barato y vende caro. El arbitraje hace exactamente eso. Se dedica a comprar y vender, pero no a medio o largo plazo, sino a muy corto plazo. Hablamos de 40 operaciones o más por día. ¿Y a quién compra y vende? Lo hacen entre diferentes casas de cambio. Localizan una que venta aunque sea unos pocos euros más barato, compra masivamente y lo vende en otro exchange por esos euros de más. Cuanto más dinero haya en juego, mayores son las cantidades involucradas y por ende, más recompensas.
Es una práctica totalmente legal. Pero hacerlo uno solo es complicado, debido al capital necesario. Para ello grandes visionarios crean corporaciones y contratan a personal para realizar dichas operaciones o se ayudan de robots para aumentar la cantidad de éstas. Convencen a los inversores y les muestran rentabilidades. Por supuesto, los inversores esperan algo a cambio. La empresa usa su dinero para pagar las facturas y generar ingresos, y a cambio, los usuarios se llevan una parte del pastel. ¡Todos ganamos y nos hacemos ricos juntos! ¿A que es muy bonito?
Por desgracia, algunos de estos visionarios no ven exactamente eso como «arbitraje», y no desean usar el dinero de sus inversores para estas operaciones. Por otro lado, prefieren el dinero fácil y recurren a los engaños y la ocultación. Emplean lo que se denomina un Esquema Piramidal Ponzi. Éstos son ilegales, pues no realizan ninguna actividad económica; no hay producto ni servicio detrás. «Ya pero a mi me han pagado hasta ahora». Típica frase. ¿Pero entonces de dónde sacan el dinero?Simple, pagan a los antiguos usuarios con una parte de lo que les entra de los nuevos inversores que han sido invitados por los antiguos usuarios a cambio de una «pequeña» comisión. Parte del pastel se lo queda la empresa y la otra acaba en el bolsillo del «inversor» para así mantener la farsa.
La empresa no es la única culpable
En este párrafo es donde te pido esa mente abierta que mencioné antes. Pongamos un simple ejemplo. Estamos en la Guerra de Trincheras durante la Primera Guerra Mundial. Un soldado está calentito en su trinchera y decide asomar tu cabeza por encima del agujero. Recibe un tiro. ¿De quién es la culpa que haya recibido el disparo? ¿Del tirador o del que se ha asomado? Yo personalmente diría que es de los dos, uno por apretar el gatillo y el otro por dejarse alcanzar. ¿Ves por donde van los tiros?
Historia y juegos de palabras a parte, lo que quiero decir es que los usuarios también tienen su parte de la culpa. No es que sean los tiranos, pero si no se hubieran dejado «cazar», no estarían heridos.
Las empresas, tanto legales como estafas, se aprovechan de nuestras emociones. No es ilegal. Es como funciona la venta, siempre atentan contra nuestras emociones, tanto miedo como orgullo. Los medicamentos a que nos sentamos mal, la ropa a que nos rechacen, los móviles a disponer de una mejor tecnología, los teléfonos Apple son sinónimo de estatus, la colonia a atraer y seducir a esas mujeres u hombres. Y así un largo etcétera.
Las empresas legítimas, que tienen como objetivo obtener nuestro dinero a cambio de un producto o servicio; las estafas lo quieren a cambio de nada.
¿Pero cómo atraer a los «inversores» a la trampa sin que hagan muchas preguntas y de la manera más efectiva? Nos venden a nuestras emociones una vida mejor. Nos prometen un dinero con el que tendremos esa casa tan deseada, o ese coche que siempre quisimos, o librarnos de todas esas deudas pendientes, no tener que volver a trabajar, o bueno, por otro lado los millonarios atraen a muchas amistades… Ves a dónde van. Directos a tu emoción. Nosotros acabamos cayendo en la trampa y no nos hacemos las preguntas correctas, pues estamos aferrados a ese sueño que se puede cumplir. No queremos ver la realidad, solo nuestra vida «futura».
Explotan esa debilidad y nos ciegan. Nos bloquean de hacernos preguntas como: ¿Es viable el proyecto? ¿Son una empresa registrada? ¿Tendrán la licencia correcta? Y un largo etcétera de preguntas importantes que omitimos.
También ocurre que un familiar nuestro o un buen amigo nos recomienda la «inversión de su vida». Pueden hacerlo de buena fé, por la comisión que se van a llevar o por ambas. A veces aparece ese «amigo» que llevamos tantos años sin ver para ofrecernos ser nuestro propio jefe, de esto sí que me río.
Pero cuando las cosas se van al traste, tendemos a echar la culpa a esa gente que nos ha «engañado». Que han usado las mismas palabras que les dijeron y que luego te han dicho a ti. Sean amigos o familiares. Pero, ¿y qué hay de ti? Tú dijiste que sí. Tú hiciste la transferencia. ¿No investigaste por tu cuenta? ¿Esas preguntas tan importante no te las hiciste?
Ya pero el que me ofreció el programa tampoco lo hizo. Y no te preocupes, porque él también tendrá sus pérdidas. Ya sean económicas, familiares o amistosas. No siempre la culpa es del malo. Sabemos que el mundo no es tan perfecto y seguro como quisiéramos. Igual que nuestros padres y nosotros mencionamos a nuestros hijos que tengan cuidado, no hablen con extraños, guarden bien y cuiden sus cosas… Deberíamos hacerlo nosotros en otros ambientes.
Pero en donde se haya el mayor fallo es en la ignorancia. Algo que le ocurrió a una persona cercana a mí. Compró una casa antes de la burbuja financiera en 2008, con el objetivo de venderla y sacar un dinero extra. No conocía bien el idioma y nunca fue a ver el terreno en el que se ubicaba la casa. No sabía leer correctamente un plano y no se informó de los precios de la zona. Resulta que la casa estaba posicionada en un barrio bajo de un pueblo y al construirse no era tal y como esperaba, pues no supo leer correctamente el plano. Ahora se ve con una deuda y viviendo en un sitio que no quiere. Ahora te pregunto, ¿tiene algo de culpa? La respuesta por mucho que me duela es sí. Hay que investigar por uno mismo las inversiones que hagamos. Y saber dónde acabará nuestro dinero.
Igual que si vas a comprar un coche lo quieres ver en todos los sus aspectos. Asientos, pintura, motor, ruedas, pides el informe de cargos, revisas si es de correa o de cadena… ¿No sabes a qué me refiero? Estoy seguro de que lo buscarás en San Google antes de comprarlo. ¿Porqué no hacemos lo mismo con nuestras inversiones? Tenemos parte de la responsabilidad en estudiar dónde vamos a meter nuestro dinero. Puede que no seas un experto en la materia, y de hecho todo el mundo empieza con poca experiencia. Es obvio que no puedes aprender a montar en bicicleta leyendo un manual, pero puedes conseguir un poco de conocimientos y consejos para caerte menos veces. Meterte en una inversión tiene riesgo, pero hay recompensa. Si te metes en una inversión sin saber ni jota, eso es una estupidez encaminada al desastre.
Podría decir que ésta última es la razón principal de lo ocurrido en la gran estafa. Por supuesto a parte de la mala intención por parte de los estafadores. Por ello he escrito varias veces inversores entre comillas, pues éstos son más bien capitalistas, porque dejan su dinero. Los inversores de verdad estudian a dónde va a parar su capital y cuánto tiempo les va a funcionar su inversión. Si quieres ser un inversor de verdad, estudia sobre la materia y aprende cómo va a funcionar tu dinero, en este caso, deberías aprender sobre las criptomonedas. Pero ahora viene la pregunta del millón, si se trataba de una estafa, ¿cómo es que no ha caído hasta ahora? Vamos a ver el desenlace con detalle.
¿Cómo ha aguantado tanto la estafa y cómo ha llegado a tantos afectados?
Lo que ahora me dirán muchos. Lorak, la empresa lleva pagando mucho tiempo. ¿Porqué ahora ha dejado de hacerlo? La explicación es muy simple y ha habido algo con lo que no contaban, ni ellos ni el resto del mundo, el Covid-19. Pero vayamos al principio.
Como ya sabemos, la empresa se basaba en un Esquema Piramidal Ponzi. Éste aunque ilegal, proporciona mucho dinero a los estafadores. El «combustible» de los Ponzis, es el dinero que entra de los nuevos inversores. Las «empresas» de este estilo procuran evitar fuentes oficiales de publicidad para que no se les investigue. Recurren a las comisiones para que otros les haga el trabajo duro. Una comisión que suele tratarse de un 10% directo aproximadamente que se abona al invertir, más un ingreso pasivo generalmente mensual que suele ser parte de los pagos del referido. ¿Muy atractivo, eh?
Así es como logran que el flujo de dinero no deje de entrar. Sólo buscan a los primeros, éstos invitan a los segundos y luego se activa el ciclo: Los segundos invitan a los terceros, éstos a los cuartos, éstos a los quitos y así hasta el infinito… o no. Verás, el dinero que entra paga a los antiguos usuarios y parte de ello se lo quedan los estafadores. Así el esquema sigue funcionando. A menudo las empresas ofrecen nuevos productos y servicios para recaudar más ingresos. Esto se debe a dos causas (legítimas):
- El negocio va bien y las ganancias se emplean para expandirse para generar más ingresos todavía.
- El negocio no va demasiado bien, y se busca otras fuentes de ingresos para salir adelante.
Arbistar ha estado ofreciendo nuevos productos y servicios como los famosos Bots, estos son robots de trading que compran barato y venden caro por ti. Puedes obtener uno tú mismo, pero en este caso la empresa lo configura, reconfigura y gestiona por ti. Es más cómodo para el inversor. Y no es una mala opción si fuera real, pero éste no es el caso. Algunas estafas con el tiempo ofrecen nuevas opciones para que siga entrando el dinero y poder continuar funcionando.
Puede tratarse de una medida desesperada de conseguir dinero para seguir acumulando dinero y no ser descubiertos. Y podría habría funcionado, de no ser que los usuarios no estaban muy convencidos de su rentabilidad y elevado precio, pero esto es lo que ocurre cuando acostumbras a tu cliente a un ingreso superior, que luego quieres bajar el ritmo pero ya no puedes, pues no lo vendes porque no les convence la rentabilidad.
Esto lo podemos traducir como una bomba de relojería. Si sumamos al fracaso del nuevo «servicio» el factor Covid, esto hizo que la bomba estallara «antes de tiempo». El virus hizo que las familias centraran sus ingresos en la supervivencia y la gente dejó de buscar nuevas inversiones con tal de llevar comida a la mesa de su familia. Los inversores y su dinero eran el «combustible» de la estafa piramidal. Así sacaban dinero y por otro lado mantenían el engaño a flote. Pero cuando la maquinaria se paraliza y deja de entrar ese combustible, todo el engaño acumulado pasa factura. El dinero que empiezan a reclamar los usuarios, los cuales se aumentaron por necesidades económicas durante el virus, es inexistente. La empresa no puede pagar un dinero que no tiene, sobre todo cuando hay una petición masiva. Al no poder hacer frente a ello, paralizan sus «operaciones» y congelan las cuentas. Nos ponen excusas muy clásicas, como por ejemplo:
- Nos han hackeado.
- El estado nos ralentiza.
- Las leyes no están claras.
- Nuestro banco no nos facilita el dinero.
- El virus ha paralizado nuestras operaciones.
- La plataforma ha sufrido un fallo y lo estamos arreglando.
- Tenemos un mantenimiento de emergencia.
- Y un largo etcétera.
En este instante pedirán comprensión, dirán que no están cobrando hasta que todo esté arreglado y pedirán confianza en el proyecto y que se introduzcan nuevos usuarios. Pues prometen volver a estar operativos y garantizan recompensarnos. Pero todo es un desesperado intento por sacar unos últimos billetes.
Y cómo es que hasta ahora no había caído. A decir verdad, Arbistar ha estado funcionando durante muchísimo tiempo. Todo esto se debe a su popularidad. Del mundo de los negocios al que pertenezco siempre hay alguien que lo conoce. Es un proyecto muy famoso y siempre ha tenido sustento financiero. Y de no ser por el covid podría haber durado un poco más, aunque por lo mencionado con los Bots, ya se veía el fin en el calendario. El virus hizo que se paralizara el ingreso hasta mínimos insostenibles para la empresa. No puede declararse en bancarrota y liquidar parte del dinero endeudado, pues se trata de una estafa y no le rige la ley corporativa regular, pues se trata de un crimen.
Ahora, se realizará una investigación en su contra y si hay sospecha, se procederá a arrestar a los cabecillas para aclarar lo ocurrido. Si me equivoco y no se trata de un crimen, saldrán libres; en cambio si estoy en lo cierto les espera una sustanciosa multa y un par de años a la sombra de unos barrotes. Pero, ¿qué hay de los afectados? Al tratarse de criptomonedas, éstas no son consideradas dinero sino activos por el estado, dudo que haya una devolución o ayuda por parte de éste. Lamentablemente este es un momento muy bajo para las criptomonedas, por culpa de unos pocos que desearon aprovecharse de muchos otros. La gente por desgracia deberá afrontar esto como una pérdida total, a menos que el estado y jurado declaren otra cosa y puede que algo de esa multa acabe para los afectados. El dinero está perdido, pero todavía pueden aprender la lección y llevarse un aprendizaje muy importante. Unos se alejarán del mundo de las inversiones, otros se alejarán del mundo de las criptomonedas por completo, habrá quien no aprenda y siga cayendo en una trampa tras otra, y para acabar están los que analizarán todo lo ocurrido y buscarán cómo seguir adelante, aprender de esta lección y buscar en proyectos correctos. ¿A cuál de todos estos grupos perteneces?
Resumiendo…
He procurado ser lo más corto posible, y más que ir a los detalles técnicos de los que tenéis en Internet, he preferido enfocarme en las causas más que en las consecuencias. Todo esto con el objetivo de concienciar a todos mis lectores. Pese a la brevedad del contenido he tenido mucho que describir, por eso te agradezco que te hayas quedado hasta aquí. También deseo pedir disculpas si he ofendido a alguien, pero la verdad a veces duele. Agradezco mucho tu mente abierta, pues si has llegado hasta éstas palabras es así.
Quiero dejar claro que todas estas palabras no están vacías de experiencia, pues yo también he perdido dinero, demasiado. He perdido y no una, ni dos, ni tres veces; sino muchas más. Fui de los que caían hasta que me harté, tenía dos opciones: Dejarlo o aprender y mejorar. ¿Adivina qué escogí? Desarrollé sistemas que luego probé y funcionaban. Descubrí que la gran mayoría de proyectos son estafas o no llevan a ninguna parte. No solo logré ganar dinero, sino evitar perderlo, que ya es mucho. Decidí introducir este sistema en la academia, es tan simple como dos hojas para rellenar, pero son muy potentes.
A buenas horas mangas verdes. Aunque estaba claro que era una estafa, al menos para mí, hubo unos pocos que sí que lo avisaron, y los estafadores fueron a por ellos. Yo mismo hace unos meses analicé a Forrise (pulsa aquí para ver el análisis), y recibí tanto halagos como amenazas. Hasta me borraron el vídeo en Youtube, y tuve que ponerlo en uno de mis posts. El vídeo era muy potente y puso nerviosos a los corporativos, por lo que lloraron a Youtube y yo no pude hacer nada para evitar la censura. Tuvo muchas reproducciones, likes y comentarios con amenazas. Por lo que se comprende que no todos pueden hacerlo. Estaba el primero al buscar el el nombre de la empresa y estaba llegando a mucha gente. Esto por supuesto puso en alerta a la «empresa» que no tenía nada mejor que hacer que preocuparse por un «hater». Una corporación internacional que tiene millones de clientes y reuniones se preocupa por un pequeño Youtuber y su vídeo, ¿lo más común del mundo, eh?
Además, es complicado estar subiendo vídeos sobre estafas, pues hay demasiadas y hacer un solo análisis lleva su tiempo. Vale la pena, pero cuando Youtube te lo borra y limita el acceso a ese contenido que tanto cuesta hacer, pierdes las ganas. Puedo analizar estafas, pero Youtube me silencia. Aunque por otro lado puedo enseñar a cada uno para que saque sus conclusiones; y también puedo avisarte de algunas de las estafas que están operando en la actualidad 😉. Te dejo una lista de 100 estafas que puedes consultar para estar informado.
Pese a que se trate de mi opinión, me gustaría saber la tuya, en cambio si consideras que estoy equivocado, puedes dejar tu comentario público debajo o escribirme de manera más privada a lorak@academiacryptoonline.com.
Espero haberte ayudado a ser más inteligente hoy y haberte enseñado algo útil. Siempre puedes aprender más y mejorar con nuestro Máster en Criptomonedas por tan solo 10€ al mes. Pero por favor, aunque sea barato, no quiero que te apuntes hasta que veas si te interesa lo que vas a aprender, pulsa aquí para verlo todo.
Gracias por tu tiempo y espero haber contribuido a tu educación.